El Perdón



Hace dos años empecé a leer un libro de T.D Jakes, titulado "El poder del Perdón", acepto que aún no lo he terminado de leer después de tanto tiempo, pero es debido a que creo que debes de leer las secciones cuando le puedas emplear un significado a tu vida. Hace dos años, estaba pasando una muy mala racha ( por decirlo así ); una de las situaciones que mas ha marcado mi vida pero aun así la mas que me ha enseñado y ha moldeado mi carácter.  En esos momentos de depresión y profunda tristeza, yo clamaba a Dios y con un ardiente deseo de desvanecer esos sentimientos de quebrantamiento y dolor, le decía: " Señor, enséñame a perdonar.  Renueva mi corazón, Modifica mis pensamientos, dame de tu inmensa paz".  Yo ansiaba perdonar. Pero tenía una batalla espiritual enorme.  Sentía como las raíces de amargura, rencor y odio crecían en mi, y a la misma vez otra parte deseaba dejar ir esos sentimientos, no aferrarme al pasado, no dejar que eso conformara mi ser. Lo que no veía es que ese pasado por muchos años de tormento fue mi presente.  Encontré el libro de T.D Jakes y afanadamente empece a leerlo. Y de todo el libro encontré una frase que marco mi corazón:
"El perdón no exonera a la persona que te hizo daño ni trivializa la profundidad de tu trauma. El perdón te libera a ti y a tu alma de vivir lleno de recuerdos y tormentos que no merecen que le dediques mas tiempo de tu vida."
Esta fue mi prueba. De todos mis 21 años, las disculpas y los perdones que tuve que dar y/o aceptar, no eran por nada grande, a mi entender. Así que en esta ocasión, perdonar esta ofensa... tomó mucho tiempo de reflexión y análisis, pero también de madurez mental y espiritual.  Esto me enseño a descubrir quien era y que quería para mi vida y mi bienestar. El perdón no ocurrió ese mismo año, pero si progresivamente. Poco a poco dejaba ir cosas que no tenia el poder para cambiar, poco a poco pude aceptar lo que pasó, poco a poco entendí el propósito de esta experiencia. Tuve una elección, tuve una prueba de vida. Podía decidir vivir en una relación toxica llena de maltrato, o marcharme y aceptar las consecuencias de mis actos ( por decidir involucrarme con el), terminando a pasar el tiempo renovada.    No siempre la mejor elección es la mas fácil. Y aun en la tristeza hubieron momentos que decidí regresar, eso a lo que mi psicologa llamaba el "ciclo del maltrato". Pero tome una postura y decidi no victimizarme, a final de cuentas Dios no me trajo al mundo para ser una victima, el me trajo para ser una vencedora. Llamé a mi hermana y le conté de lo que leí del perdón y muy confusamente le decía: "¿Como puede ser que debo de perdonar a aquel que me ofende, aquel que me hiere y hace de mi vida un infierno?, ¿Por qué debo yo de ser la mejor persona en la situacion, y tornar mi mejilla?, No puedo seguir cultivando estos sentimientos, pero tampoco puedo seguir en el mismo ciclo." A lo que ella me responde:"Dayanara, aún no es tu tiempo de perdonar. Si Dios está dejando que sientas eso, no es del todo malo. Es una forma preventiva de que vuelvas. Si... te dolerá, cuestionarás el porqué te paso eso a tí, después de todo lo que ya haz pasado. Pero cuando llegue su momento, perdonarás. Deja hacia un lado el libro porque en estos momentos no es para ti.". Así hice.

¿Saben porque no era para mí el mensaje aún? Porque yo debía de crecer. Tenia que aprender a establecer estándares, debía de formar carácter, tenia que aprender a elegir bien las personas que deseaba a mi alrededor, tenia que reconocer cuando es Dios que me habla y mas importante tenia que resistir el volver y esa era la única forma que fuertemente me iba a redirigir al camino destinado para mi.

Ya soy libre, ya perdoné y le deje la justicia en las manos de Dios.



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